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El irónico eclecticismo de Diego Santos Escultura, pintura y objetos. Diego Santos. Lo profundo es el aire. Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 14 de enero de 2007.
Desde hace varios
lustros, el rasgo más destacado de la producción artística de Diego Santos
(Málaga, 1953) es el eclecticismo, pero no un sincretismo pasivo, indolente o
acomodaticio, sino una constante relectura de algunas de las principales
corrientes y tendencias
Para sus esculturas y mini instalaciones, Diego Santos incorpora toda suerte de figuras u objetos comprados en bazares y en tiendas de todo tipo, sin recurrir apenas al objet trouvé. Esa presencia deliberada de lo kitsch en sus obras constituye algo así como una glosa, un corolario negativo del presente. En cierto modo estamos ante la representación de un drama en inacabables actos, convertidos aquí en escenas de un decorado hecho con los restos de la percepción subjetiva del autor ante la realidad. Desde figuritas de animales de cristal, trozos de tela, alambre, figuritas de madera, sombreros, tazas, piedras, huesos y porcelanas, hasta bronce pintado, cuarzo, marfil, papel, poliéster y plástico, integran sus obras, en las que hallamos desde explícitas referencias sexuales, como en Amor sin guerras y Madame TT, hasta reflexiones acerca del paso del tiempo en relación con la conciencia individual, caso de Dejando que el tiempo actúe, o propuestas donde se contraponen sentimientos y acciones opuestas, como ocurre en El bien y el mal. Entre las piezas más elaboradas, Una lágrima tras la máscara, donde, además de combinar la frialdad del mármol, la textura cálida de la madera y la esponjosidad del paño, habla sutilmente de la ocultación de los sentimientos, de la representación continua que es la existencia, ajena a la verdad. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 22 de diciembre de 2006
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