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Geometría del sentimiento
Grabado. Dámaso Ruano. Museo del Grabado Español Contemporáneo. C/ Hospital Bazán, s/n. Marbella. Hasta el 19 de noviembre de 2000. Entre los
artistas que fueron dándose a conocer en Málaga durante el decenio de los
sesenta, Dámaso Ruano (Tetuán, 1938) es uno de los pocos que acabarán
orientando su estilo decididamente hacia el lenguaje abstracto. Pintor sensible
y de gusto refinado, sus comienzos marroquíes le caracterizan como un artista
volcado en la atenta observación del paisaje natural, captado ya desde entonces
en sus lienzos con una clara voluntad de síntesis formal y de precisa
estructuración compositiva. Asimismo, la gama cromática, dominada por los
colores terrosos, los grises, azules y verdes, se mantuvo desde el principio
alejada de cualquier tentación retórica y efectismo decorativo. La técnica
del collage, introducida en sus cuadros hacia finales de los sesenta, se
distingue en él por el empleo constante de trozos de papel rasgados, a
semejanza de una herida abierta en la pulcritud de la superficie del lienzo o de
la madera que supone un sutil equilibrio entre el rigor geométrico y el mundo
subjetivo de los sentimientos. Posteriormente, la rotura física del plano y la
incorporación de elementos tridimensionales ha venido a ampliar el concepto de
espacio en Como muchos otros artistas de su generación, Dámaso Ruano también ha trabajado con regularidad en el ámbito de la estampación gráfica, donde sobre todo ha destacado su investigación y uso de la técnica de la serigrafía, particularmente adecuada a su tratamiento del espacio compositivo y de los campos de color. Esta espléndida exposición, que continúa el meritorio programa del Museo de Marbella de dar a conocer lo más significativo de la producción gráfica de los principales artistas plásticos malagueños, recoge el trabajo gráfico de Ruano comprendido entre 1974 y 2000, y en ella pueden fácilmente apreciarse los genuinos rasgos de un creador progresivamente fundido con las elevadas aspiraciones de la abstracción poética: la equilibrada armonía de las composiciones, el sutil diálogo entre la racionalidad de las líneas del dibujo y la interioridad subjetiva, la dialéctica fecunda entre el color plano y la textura de las superficies, la elegancia, en fin, de una obra que conjuga la investigación experimental, la cualidad física de la materia y la emoción íntima. ©Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 12 de octubre de 2000
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