Plensa o la relación del cuerpo con el todo

Escultura e instalación. Jaume Plensa.

Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 8 de enero de 2006.

Caracterizado desde hace mucho tiempo por emplear en su trabajo las más diversas técnicas, soportes y materiales, Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es un escultor multidisciplinar al que le fascina la realidad y la situación del hombre en el mundo, del mismo modo que parece proceder como a impulsos Jaume Plensa. "Wispern", 1998. Cobre, latón, bronce, cuerda y agua. 44 piezas. Medidas variables. Detalle.de determinadas obsesiones, a las que él va dando forma a través de la conexión indisoluble entre el pensamiento y el arte, entre las ideas y la expresión plástica, pero no entendidos como conceptos abstractos, sino como realidades íntimamente vinculadas a la vida y a la experiencia diaria. Sus intereses se dirigen desde la filosofía y la literatura hasta la práctica científica, pues está convencido de que el arte, con independencia de su autonomía, es un producto cultural y espiritual que refleja intensamente la época en la que se desarrolla, y para ello debe atender a todo aquello que constituye el campo de reflexión y de experimentación de lo humano. Últimamente, Plensa ha quedado fascinado, en este sentido, por la estrecha relación del cuerpo humano con el todo, como si se abriese a la infinita variedad del mundo. Él mismo ha declarado recientemente que esta exposición llega en un momento en que su trabajo está hablando de la fusión entre lo simple y lo complejo, entre lo pequeño y lo grande, entre lo particular y lo general.

Uno de los aspectos más distintivos y sugestivos de su obra es la incorporación de textos a sus esculturas, incluso la construcción de algunas de ellas mediante letras o frases hechas con hierro, como por ejemplo ocurre en Tel Aviv Man V, en la que se nos aparece, no obstante, incompleta la figura, como a medio construir, como si los seres humanos aún no hubiesen podido completar su entendimiento y comunicación en esa región del mundo. En Tattoo VII, que pertenece a una serie de esculturas silenciosas y replegadas sobre sí mismas realizadas con resina de poliéster e iluminadas desde dentro en las que inscribe frases o cosas que le sugieren algo o que le parecen importantes, ha escrito nombres de artistas famosos. Pero donde este uso de la escritura llega más lejos, revelándonos el carácter decisivo que la poesía y la literatura, no sólo de la tradición occidental sino de la oriental y otras remotas culturas, han tenido en la formación y en la concreción del trabajo de Plensa, es en Song of Songs, una escultura penetrable construida por miles de letras de hierro que reproducen el Cantar de los cantares y que al chocar entre sí cuando las atravesamos, debido a su aleación, producen un tintineo característico. Es como si penetrásemos en los secretos más recónditos del amor, pues de eso trata ese libro único, como si nos fundiéramos con el más elevado grado de lo erótico.

La exposición es grandiosa y deslumbrante. Otras tres piezas al menos no pueden ser soslayadas. En primer lugar, las potentísimas esculturas The Three Graces, inspiradas en ese tema clásico de la escultura, el de las tres Gracias, y en los tres problemas que Oscar Wilde señaló en 1898 como fundamentales de las cárceles británicas: el insomnio, el hambre y la enfermedad, unos problemas que acaban haciéndose individuales de los seres humanos. En segundo lugar, Valence, una instalación de 21 puertas de hierro fundido iluminadas individualmente con una mortecina luz que simbolizan, como universalmente todas las puertas, el lugar de paso entre dos estados, entre dos mundos, entre lo conocido y lo desconocido, la luz y las tinieblas. Es la abertura a un misterio. Por último, esa instalación tan sutil y extraordinaria que es Wispern, donde el visitante, si la recorre solo y en silencio, parece oír el silencio de la naturaleza, la música del mundo.

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 14 de octubre de 2005