Microfísica  del  poder

Fotografía y vídeo. Iván Pérez.

Galería Javier Marín. Málaga. C/ Duquesa de Parcent, 12. Hasta el 24 de enero de 2004.

Dejando a un lado, al menos por ahora, los medios de expresión tradicionales de los que se ha valido hasta hace muy poco, y volcado completamente en el uso de la fotografía en color y del vídeo, Iván Pérez (Tineo, Asturias, 1973) nos propone en esta meditada exposición, de manera significativa titulada Prehistoria, una lectura crítica de aspectos locales y cotidianos de la existencia que parecen enlazar o al menos vincularse intelectualmente al análisis llevado a cabo por Michel Foucault en su célebre Microfísica del poder.

Del mismo modo que el filósofo estructuralista francés habla sobre el poder como un fenómeno inmanente en la sociedad, como algo imposible de desvincular de toda sociedad, de tal modo que el lugar de partida del poder es la misma sociedad, auténtico laboratorio sobre el que Iván Pérez. "Sin título", 2003. Fotografía color. 70 x 100 cm.debe centrarse el análisis de aquél, ya que el poder lo rodea todo y lo afecta todo dentro de la realidad, también Iván Pérez escruta parcelas y fragmentos de la realidad cotidiana pretendiendo su disección, su desenmascaramiento, aunque sin dejar de lado la ambivalencia, la incertidumbre, la ambigüedad de lo real.

No cabe duda de que el poder es, asimismo, para Foucault algo enigmático, algo al mismo tiempo visible e invisible, con toda una panoplia de procedimientos y representaciones simbólicas. Por eso insiste Iván Pérez en lo ambiguo, en lo inestable, aunque no puede olvidarse que en su caso se trata de un artista, cuyo territorio es la imagen y su enorme poder simbólico. Esto se ve muy nítidamente en una de las mejores fotografías de la muestra, aquella que capta la entrada de una estación de metro y en la que un reguero de tinta roja o de líquido de ese color por el suelo, al que mira un distraído viandante, genera una extraña perturbación, una alteración de la tranquilidad cotidiana, una ambigüedad también, pues podría pensarse que se trata de un charco de sangre.

En el vídeo Zapping the world, Iván Pérez filma el interior de una habitación, en cuyo ángulo superior izquierda se ve un monitor de televisión que cambia constantemente de canal, sin poderse apreciar ni entender nada de lo que emite, mientras que un estallido de fuegos artificiales tienen lugar en una terraza inmediata, luminarias que aluden inevitablemente a la guerra, aunque la vinculación entre imagen y artificio no puede ocultarse. Ambiente monótono y rutinario, exento de creatividad, donde la televisión se erige en artefacto prototipo de la unidimensionalidad, la alienación y la ansiedad contemporáneas.

 

© Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 6 de enero de 2004