Erwin Panofsky. Arquitectura gótica y pensamiento escolástico. Madrid, La Piqueta, 1986.

 

Escolástica primitiva (Gilberto de la Porrée, Abelardo), escolástica clásica (Alberto Magno, San Buenaventura, Tomás de Aquino), escolástica tardía (Occam) → gótico primitivo (Saint-Denis de Suger), gótico clásico (alto gótico) (1226 – 1270, reinado de San Luis) (Chartres, Amiens, Reims) (arquitectos: Jean Le Loup, Jean d’Orbais, Robert de Luzarches, Jean de Chelles, Hugues Libergier y Pierre de Montereau), gótico tardío. Correspondencia entre la evolución del gótico y el esquema escolástico del videtur quod – sed contra – respondeo dicendum [se ve que – pero en contra – respondo diciendo]. Período clásico: localizado en la Île de France. Del mismo modo que la escolástica clásica está dominada por el principio regulador de la manifestatio (= elucidación, clarificación), también la arquitectura gótica clásica se ve dominada por el «principio de transparencia». Del mismo modo que la escolástica clásica está transida del principio regulador de la concordantia, el gótico clásico encuentra sus «soluciones finales» (basílica compuesta por una nave tripartita, crucero tripartito que desborda claramente la nave pero que se asienta en una especie de antecoro pentapartito, presbiterio concéntrico compuesto por girola y capillas radiales, dos torres en la fachada → Chartres) al precio de la aceptación y de la reconciliación de posibilidades contradictorias. El naturalismo de la escultura, de la flora y de la fauna, proclama la victoria del aristotelismo. La filosofía de la escolástica clásica separa el santuario de la fe de la esfera del conocimiento racional, pero al mismo tiempo proclama que este santuario debe permanecer claramente discernible. Lo mismo ocurre en la arquitectura del gótico clásico: separa el volumen interior del espacio exterior, pero exige que aquél se proyecte en cierto modo a través de la estructura que lo envuelve; así, por ejemplo, el corte transversal de la nave puede leerse sobre la fachada. 1. Correspondencia entre la Summa escolástica y el gótico clásico: la catedral clásica apunta a la totalidad y tiende a una solución perfecta y última. Intenta encarnar la totalidad del saber cristiano, teológico, moral, natural e histórico. Se puede hablar aquí de un plan. Constituye un equilibrio inestable entre el plano basilical y el plano centrado. 2. Correspondencia entre la organización de los escritos escolásticos siguiendo un esquema de partes y de partes de partes homólogas y la división y subdivisión uniforme de toda la estructura de la catedral clásica. 3. Correspondencia entre el principio de «distinción y necesidad deductiva» de la literatura escolástica y el imperativo del gótico clásico de que los elementos individuales, pese a constituir una unidad indisociable, proclamen su identidad manteniéndose claramente separados unos de otros, estableciéndose entre estos elementos una correlación sin ambigüedades. // Ante el gótico clásico no nos encontramos en presencia de un «racionalismo» entendido en un sentido puramente «funcionalista», ni de un «ilusionismo» en el sentido de la estética moderna del arte por el arte, sino ante lo que puede denominarse una «lógica visual» que constituye la ilustración del nam et sensus ratio quaedam est de Tomás de Aquino [en efecto la razón es una con el sentido].  Fase tardía: tendencia creciente a la descentralización, desplazamientos hacia la periferia. Declive de la confianza en el poder sintético de la razón. Surgen dos aspectos opuestos de la misma actitud: el misticismo anti-racional del Maestro Eckhart y el nominalismo (los nominalistas niegan cualquier tipo de existencia real de los universales y no conceden existencia más que a las cosas particulares) de Guillermo de Occam. Misticismo y nominalismo rompen los lazos que la escolástica clásica había tendido entre razón y fe, reenviando al individuo a las fuentes de la experiencia sensible y psicológica. Suprimen la frontera entre lo finito y lo infinito, pero mientras que el místico tiende a «infinitizar» el yo ya que cree en el anonadamiento del alma humana en Dios, el nominalista tiende a «infinitizar» el mundo físico. El espíritu empirista y particularista del nominalismo se manifiesta en los paisajes, en los interiores y en el retrato de los primitivos flamencos, mientras que el misticismo está asociado a imágenes de la Pietá, Cristo y San Juan, el Ecce Homo, etc. La actitud mística y nominalista se expresa en arquitectura en la iglesia-nave (iglesia con diversas naves de la misma altura que no están directamente iluminadas mediante ventanas altas, ya que recibe la luz de las ventanas de las naves colaterales → iglesia-nave de Saale, Alemania) del gótico tardío. Se trata de un espacio determinado e impenetrable desde el exterior pero indeterminado y penetrable desde el interior.