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El clasicismo postmoderno de Tomás Martos Pintura y dibujo. Tomás Martos. Galería Cartel. Málaga. C/ Cortina del Muelle, 5. Hasta el 25 de abril de 2005.
Desde el siglo XV en Italia hasta
principios del siglo XX el dibujo ha sido la disciplina básica en la formación
del
Las anteriores consideraciones vienen a propósito de esta inusual exposición de Tomás Martos (Motril, Granada, 1971), un pintor para quien el dibujo es parte fundamental e insustituible de su trabajo de creación artística, pero no sólo como método y disciplina, sino como obra acabada, la cual goza para él de igual estima que sus lienzos. De hecho, observando sus óleos sobre tabla, se percibe claramente el sostén estructural del dibujo en todas sus composiciones, un dibujo de líneas nítidas y precisas que se dirige especialmente a diseñar figuras humanas de miembros alargados y estilizados, con un canon largo que nos retrotrae a las hiperintelectualizadas formas manieristas de la segunda mitad del XVI, cuyo origen está sin duda en el «Juicio Final» de la Sixtina, grandioso fresco que también está, con su catálogo inagotable de posturas y gestos, entre las obras más admiradas por el joven pintor granadino. Dos buenos ejemplos de lo que decimos son los pequeños óleos de tema clásico y mitológico Baño y Ulises, el primero una composición presidida por la ordenación geométrica del espacio, con una exacta correspondencia entre los elementos arquitectónicos y las figuras humanas, y el segundo una pieza ya más agitada y dramática, influida formalmente por el Buonarroti en ese intento desesperado de los cuerpos las sirenas por encaramarse a la nave donde el héroe resiste su fatídico canto amarrado a un madero del velamen. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 1 de abril de 2005
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