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La existencia como modelo moral Fotografía. Susy Gómez. El timón de mis almas. Centro de Arte Contemporáneo. Málaga. C/ Alemania, s/n. Hasta el 21 de junio de 2009.
Las preocupaciones
fundamentales que han caracterizado la obra de Susy Gómez (Pollensa, Mallorca,
1964) en los últimos años tienen que ver con la posición del sujeto individual
en el mundo, con problemas relacionados con la identidad y con el perenne
conflicto entre
Viéndolas en conjunto, destrozando como lo hacen el concepto tradicional de pedestal en escultura e incluso la propia noción de escultura, dinamitada desde hace décadas, no puede el espectador por menos de acordarse de uno de los tratados más penetrantes sobre esa porción indeterminada de nuestro ser, el libro Del alma de Aristóteles, una obra no muy extensa pero decisiva en la configuración de la tradición filosófica occidental. Lo que me importa destacar aquí a propósito de la producción de Susy Gómez, es cómo el Estagirita, frente a la dualidad platónica entre alma y cuerpo que distingue su periodo de juventud, en De anima concibe la fusión de alma y cuerpo en una única realidad substancial, aunque nunca desaparecerá por completo su platonismo, pues, frente al alma sensible, inferior, que muere con el cuerpo, Aristóteles considera que el alma espiritual, increada, no desaparece con la muerte del hombre. Luego siempre queda en él un resabio de aquella dualidad platónica. Ese aspecto espiritual, suprasensible, ideal, es el que asoma por estas piezas de Susy Gómez, indicándonos que el ser humano es algo extraordinariamente complejo, en el que cualquier reducción simplificadora está condenada al fracaso.
© Enrique Castaños Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 19 de junio de 2009.
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