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Contra el tedio Grabado. Concha Galea. Hastío de la amorphia. Acteón. Taller Gravura. Málaga. C/ Coronel, 3. Hasta el 26 de junio de 2006.
A modo de
frontispicio de su actual trabajo, Concha Galea (Sevilla, 1957) nos recuerda
aquella frase de Epicuro que dice que el placer erótico permanece en nosotros
como medida de todas las dichas. Con esta más que interesante exposición de
grabados, realizados con
Ya Charles Fourier, el gran pensador socialista utópico francés, se había encargado de recordarnos en su noción subversiva de deseo, que éste, que a primera vista no parece representar más que la alteridad de las instituciones, de la economía política y de la historia, parece presagiar un mundo pasional en el que el despliegue de las pasiones y los gustos sólo podría realizarse en un espacio y un tiempo históricos. El hecho de que el deseo sea oprimido no significa que sea suprimido. La armonía pasional, la posibilidad del deseo, sólo pueden encontrar su marco de realización en un espacio y en un tiempo históricos.
La
mitología, mientras tanto, nos ha ilustrado sobre el efecto de la pasión en el
hombre. A Concha Galea le motivan dos ejemplos
Concha Galea lleva a cabo su tarea incidiendo en el cómo, en los procedimientos técnicos, cuyo resultado es un estilo figurativo influido por el arte clásico del renacimiento y del barroco, pero, al mismo tiempo, transido de romanticismo, de abandono a las fuerzas elementales de la naturaleza, poderosas y misteriosas, inexplicables y sublimes. Lo mismo cuando representa el cuerpo desnudo entregado a los vapores húmedos de la noche, o al águila de potentes garras, o al mar embravecido y tormentoso, o a un simple cardo, esa planta tan querida de Durero, o al bosque silencioso e impenetrable, Concha Galea hace suya la llamada del deseo, la vinculación entre éste y el temor de lo ignoto y de lo prohibido. © Enrique Castaños Alés
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