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Ritmos cromáticos Pintura. Lola Ferreruela. Castillo de Bil-Bil. Benalmádena. Avda. Antonio Machado, 78. Hasta el 27 de abril de 2006.
Lola Ferreruela
(Ávila, 1963) es una pintora apasionada por la vida y por la existencia, deseosa
de conocimiento y de experiencias que le hagan sentirse persona, no sólo
artista, proclive al ensimismamiento y a la soledad, a pesar de su exuberante
vitalismo, y con una
Igualmente plenos de contrastes cromáticos son aquellas otras composiciones en las que Lola Ferreruela divide el cuadro en cuadraditos en los que inserta signos o letras de las más diversas clases, unas combinaciones que también nos recuerdan las llevadas a cabo, aunque, eso sí, sin esta fiesta cromática de la pintora abulense, por Joaquín Torres García y su «universalismo constructivo». Pero si el vanguardista uruguayo procede, en su proceso de maduración del lenguaje constructivista, a una depuración formal y una geometrización que le conducirá a los límites de la abstracción, Lola Ferreruela se propone una suerte de armonía combinatoria, de juego cromático de intenciones puramente ópticas y visuales. Todavía hay otro apartado interesante de la producción de Ferreruela, el que corresponde a los retratos. De todos los que expone el más conseguido es un autorretrato de formas definidas, incluso muy clásico en la estructura del rostro, pero con una concepción en la aplicación del color de indudable influencia fauve, una especie de sinfonía de colores puros presidida por los rosas y los malvas. © Enrique Castaños Alés Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 21 de abril de 2006
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