Una
genealogía de la modernidad

Pintura.
José María Córdoba.

Casa
de la Cultura. Fuengirola. Hasta el 6 de febrero de 1999.

El interés de José María Córdoba
(Córdoba, 1950) en la reflexión y estrategia deconstruccionista de la
posmodernidad aplicada al arte de la pintura se inicia en 1995. Esta individual
de obra reciente viene a confirmar la continuidad de una investigación en la
que, a partir de los textos fundacionales de Derrida y Lyotard, el autor muestra
su rechazo a la metáfora de la línea recta y del progreso unidireccional en
las artes, a la interpretación unívoca y excluyente de las obras del pasado,
para situarse espiritualmente, como muy bien ha precisado Simón Marchán a propósito
de cierta actitud posmoderna, en un territorio fronterizo y mestizo, en una retícula
que entrelaza estrategias formales dispares y cuyo objetivo, más que la negación
de lo moderno, es propiciar su reconstrucción genealógica desde unas bases
inclusivistas y no logocéntricas. Ante el desahucio de lo moderno que algunos
voceros proclaman maniquea o apocalípticamente, José María Córdoba parece
atender a la hermosa metáfora de Nietzsche que nos recuerda Marchán: «El sol
ya se ha puesto, pero el cielo de nuestra vida es calentado e iluminado todavía
por él».
De ahí las
alusiones a algunos de los ismos más conspicuos de la vanguardia histórica en
los cuadros de Córdoba, en especial el cubismo, el futurismo y el suprematismo
(de hecho, por gran parte de la exposición planea el fantasma de Malevich,
quien, en un caso sin precedentes, sometió su propia obra a un proceso de
revisión tan delirante que llegó incluso a alterar la fecha de ejecución de
numerosas pinturas), aunque también el fauvismo y el surrealismo, todos los
cuales conviven simultáneamente en el lienzo con estilos del siglo XIX o de
otras épocas anteriores, en un juego de interrelaciones, fragmentación,
descentralización y descontextualización del discurso donde también
advertimos una jugosa y saludable nota irónica acompañada de una velada, en
unos casos, o explícita, en otros, crítica social y política.

©Enrique
Castaños Alés
Publicado
originalmente en el diario Sur de Málaga el 1 de febrero de 1999
