El ángulo visual del hombre

La claridad racional de la obra del arquitecto catalán José Luis Sert hunde sus raíces en la tradición mediterránea

Arquitectura. José Luis Sert.

Colegio de Arquitectos de Málaga. Paseo de las Palmeras del Limonar, s/n. Hasta el 16 de junio de 1999.

En su comentario al Capitolio de Chandigarh proyectado por Le Corbusier en 1951, Kenneth Frampton criticaba esa escala enorme que le privaba de aquellos atributos públicos del «corazón de la ciudad» que Sert había contemplado como dependientes de «distancias transitables y del ángulo visual del hombre». Quizá pueda resultar paradójico que el influyente crítico británico apoyase su juicio en la opinión de quien aprendió tanto del genial arquitecto suizo, pero lo cierto es que uno de los rasgos esenciales de la obra proyectada y construida por José Luis Sert (Barcelona, 1902-1983) es el respeto a la escala humana, un delicado equilibrio entre espacios y volúmenes perfectamente asumibles y controlables por el hombre. Junto a esa dimensión antropológica, la obra de Sert realizada en los años treinta y la que, entre 1953-1974, hace para sus amigos los esposos Maeght y los pintores Braque y Miró (Fundación Miró en Barcelona, 1968-1974), verdadero núcleo de la presente muestra, se distingue por su economía de medios, claridad racionalista y práctico funcionalismo, por su preocupación social y por sus hondas raíces mediterráneas.

José Luis Sert. Fundación Miró. Barcelona (1968-1974).Entusiasmado por la nueva arquitectura del incipiente Movimiento Moderno desde sus años de estudiante en Barcelona, nada más obtener el título en 1929 se traslada a París a trabajar en el estudio de Le Corbusier y contribuye decisivamente a la formación ese mismo año del que a partir de 1930 sería el grupo Este del GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), minoritario pero activo grupo de vanguardia en favor de los principios de la arquitectura funcionalista que contará con su propio órgano de expresión, la revista A.C. (Documentos de Actividad Contemporánea). Hasta su exilio en 1939, la obra de Sert, tanto la de carácter privado (edificio de viviendas de la calle Muntaner de Barcelona) como la auspiciada por la Generalidad (casas de fin de semana en Garraf, Casa Bloc, proyecto de una Ciudad del Reposo, Dispensario Central Antituberculoso, todas en el municipio de Barcelona y la última en colaboración con Torres Clavé y J.B. Subirana) o el Gobierno de la República (Pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937, junto a L. Lacasa), es un extraordinario catálogo de las nuevas ideas: democratización de la arquitectura e interés en el bienestar humano; claridad de líneas, simplicidad en las superficies y supresión de lo superfluo; incorporación de elementos estructuralmente funcionales y de elementos constructivos seriados. La gélida deshumanización de que adolecen muchos edificios del estilo internacional la contrarresta Sert con su apasionada admiración por lo vernáculo y la tradición constructiva popular mediterránea, especialmente ibicenca. En los lugares de encuentro para las artes de su última época, también concederá una atención primordial a la luz, casi siempre cenital, a las texturas, a la rotundidad de las formas de la naturaleza y a la circulación interior de los visitantes como elemento generador de la planta.

©Enrique Castaños Alés

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 5 de junio de 1999