El gesto «neopunk» de Carlos Maciá
Pintura e instalación. Carlos Maciá. Shake for best taste.
Galería Casaborne. Antequera. Callejón La Gloria, 1. Hasta el 3 de mayo de 2007.
La vinculación de
Carlos Maciá (Lugo, 1977) con los graffiti callejeros y con la estética
neopunk tiene uno de sus más claros antecedentes en el funk art,
subtendencia underground del environmental art, a finales de los sesenta
del siglo pasado, que, recurriendo
al
shock provocativo, como teoriza Simón Marchán, arremete, desde una
posición neodadaísta, contra el estilo burgués de vida y las complacencias
consumistas del pop. Su máximo exponente sería Edward Kienholz, un
desacralizador y crítico furibundo del sistema establecido que hace sus primeras
obras, muy corrosivas, a principios de los sesenta. También Maciá se mueve en la
estética underground, transformando aquellos «ambientes» en instalaciones donde
un trazo gestual que le debe mucho a Pollock y al expresionismo abstracto, lo
mismo inunda con arabescos multicolores las paredes de una nave industrial
abandonada, próxima a ser demolida, que garabatea con un marcador sólido negro
una limpia superficie de aluminio, como hace en los cuadros apoyados en el suelo
que expone en la galería Casaborne.
En el primer caso, como sucede en la instalación Time goes back, donde hay una reflexión sobre el paso del tiempo y la inevitabilidad de la destrucción, queriéndose conservar la memoria de lo que fenece, hay concomitancias con el trabajo de la zaragozana Lara Almarcegui, quien también interviene en solares y edificios que van a ser demolidos. En el segundo caso, hay también un homenaje a Pollock y su concepto de pintura all-over, es decir, aquella que se extiende más allá de los bordes de la tela, eliminando en parte el concepto de campo espacial. La propuesta contracultural de Carlos Maciá le debe mucho, asimismo, a su reciente estancia en Nueva York, donde ha quedado impresionado por la efervescencia, el ajetreo y la vitalidad de la gran ciudad.
© Enrique Castaños Alés
Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 13 de abril de 2007