Retorno a lo matérico

Pintura. Enrique Brinkmann.

Galería Gacma. Málaga. C/ Fidias, 48-50. Hasta el 18 de junio de 2008.

Es bien sabido que el empleo de la malla metálica como soporte inició una nueva y deslumbrante etapa en la pintura de Enrique Una de las obras de Enrique Brinkmann expuestas en Gacma. 2007-2008.Brinkmann (Málaga, 1938). La trama más o menos cerrada de la malla ha jugado siempre un papel fundamental en esta larga serie de piezas, del mismo modo que se observa una permanente voluntad experimental, investigando sobre la transparencia, la ingravidez, el espacio prácticamente vacío ausente de materia o incluso la luz. Hay obras en las que la materia parece disolverse y desaparecer por completo; otras en las que parece dibujarse un mapa mental o un territorio sólo habitado en la imaginación.

Pero estas nuevas composiciones rompen en gran medida con todo lo anterior. Ya en los preliminares mismos, en el periodo de gestación de este tipo de piezas, descubrimos que de nuevo la clave de bóveda está en la malla, esta vez una tupida trama de acero que facilita la adherencia de la capa de pintura. Porque los ejes sobre los que Enrique Brinkmann articula estos últimos trabajos son la opacidad y la textura de la materia entendida en términos de superficie. La opacidad es la ausencia de transparencia, esto es, supone también la pérdida de un concepto que había interesado anteriormente al pintor: lo etéreo. Junto a ella hay una vuelta hacia lo matérico que ni mucho menos es nuevo en Brinkmann, pero que sí es tratado con un cambio importante de concepto. Ahora, lo matérico es mucho más primigenio, puro, limpio, pintura de color blanco extendida sobre la malla, como una delgada película de yeso. Curiosamente estamos ante un redescubrimiento de la luz. Una luz blanca que parece estar relacionada con una tranquilidad interior del espíritu.

 

 

 

 

 

 

 

 

© Enrique Castaños

Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga el 2 de mayo de 2008